domingo, 18 de septiembre de 2011

Allí le llaman El Malecón. JUAN NAVARRO

Cuando doblamos la curva de llegada a la bodega, me estaba esperando. Sonrió y me dijo: «Benvingut a ma casa, ¿vols un got de vi?». Salvador Poveda Bernabé, hijo de Salvador Poveda Luz, alcalde de Monóvar, bodeguero en el sentido mayestático de la palabra, me invitó a franquear el umbral de «Bodegas Salvador Poveda» y me condujo directamente a la «Sacristía», donde guardaba unas barricas de fondillón fresquito. Allí, me contó, solía recibir su padre a Antonio Ramos Carratalá, Camilo José Cela, Javier Soler y Remigio, Manuel Baeza, Gastón Castelló y tantos otros prohombres de la cultura alicantina de los sesenta.
El «Xiri» es un restaurante situado en el parque municipal. Susi i Josep reinan en el recinto y la comida es fantástica. Recuerdo un almuerzo con Francisco Ivorra, hace muchos años, y quedó encantado.
Pedro Luis Ladislao Socorro Nuño de la Rosa García de Amores y López de Haro me acompañaba en la ocasión. Como Nuño (Nava no me llames Nuño, no cortes mi apellido o yo cortaré el tuyo), tenía una intervención en TeleElx a las nueve de la noche, partimos de Monóvar a Elche. Terminada la intervención, en la esquina de doctor Caro, sede de la emisora, me presentó a Pepe Soto. Me pareció un «diablillo de Descartes».
«Louis, je crois que ceci est le début d'une merveilleuse amitié» dijo Rick Blaine al jefe de policía Louis Renault. Así pensé que era mi primer encuentro con Soto. Un personaje cuyo sentido de la amistad únicamente es comparable al de José Manuel Varó Llopis.
Pasó el tiempo y las diatribas personales sellaron, cada vez más, nuestra amistad. Director de la edición alicantina de El Mundo, director de Las Provincias. «Por donde quiera que vayas», allí estuve yo, a su lado, junto a él. Sentía el sentimiento y el sentido de la amistad y cada vez que yo le daba lo mío, él me lo devolvía ciento por uno.
Una mañana de mayo de 1999, caminado por la playa y cuando la reacción azuzaba sus dardos envenenados, me dijo: «Juan, que escampe». Volvió a salir el sol y la pobre zorra al portal y la rica zorra al rosal y el avaro a sus divisas.
José Manuel Soto Tornero, ingeniero industrial y periodista, inauguró ayer la exposición de «La Habana». El espacio: la sala Aifos de la Universidad de Alicante y le acompañamos sus amigos. Carles Cortés, director del Secretariado de Cultura de la UA; Joan Vicent Hernández amigo y querido; Paco Sirvent con sus dos primaveras que le han traído la tranquilidad tanto tiempo buscada; Antonio Balibrea, imposible dejarlo calvo; Gaspar Hernández amigo de La Habana; Javier Izquierdo, Ángel Bartolomé y demás familia. Incluyo a Manuel Mira Candel, maestro de periodistas y como dije aquí, mediocre juntaletras en el libro recuerdo del colegio universitario.
Soto, mi soto, es un fotógrafo periodista. «Juan, me interesa trasladar al personal lo que veo a través de mi cámara, nunca un texto lo podrá igualar». La vida de mi Soto es una Leika y sus consecuencias. Recuerdo una comida con el cardenal primado de España y la observación posterior de las fotos y, querido lector, algo inenarrable.
Roque Moreno apareció después. Roque ya no significa en política pero su imagen se acrecienta por su actuación. Roque hijo, por qué te metiste en política, te hubiera dicho el presidente del tribunal de mi tesis doctoral profesor doctor Octavio Carpena Artés, como le dijo a Antonio León Martínez-Campos. Te veo relajado y guapo. José Antonio Pina, Eduardo Seva, mi hermano Paco y tantos amigos que acompañamos a Soto esta noche, en presencia de su mamá y de Montse y Gema.
Alfredo Fernández, también estuvo y Ramón Fernández de Tirso, al que muy pronto veremos en esta isla de libertad.
Cae la noche en Delancey Street, afirmaba en mi afección sentimental por mi hijo «State on mind in New York», cayó la noche en Sant Vicent. El barrio de los Montoyos o los Currucos, donde caímos en un bancal regado cuando mi hermano Paco conducía la bicicleta.
Mi madre nos compraba un helado en la calle Mayor y éramos felices. De ello hace tanto tiempo. Se ha solapado el día que regresé de León y me matriculé en Ciencias en el Colegio Universitario de Alicante. La matrícula la redactó Juan José Diez, actual catedrático de Derecho. «O tempora, o mores!».
Cae la noche en Benimagrel City, y escucho a Neil Young, «Like a Hurricane»,
Once I thought I saw you
In a crowded hazy bar,
Dancing on the light
From star to star
Far across the moonbeam
I know that’s who you are
I saw your brown eyes
I know that’s who you are
Pepito Soto es mi nene, mi nene tonto si lo prefieres, pero lo quiero como si fuese mi tete o mi hermano.