ANA ANTOLÍN/INFORMACIÓN
Carlos Maluenda e Inma Navarro acudieron en representación de nuestra ciudad
Habrá otras inauguraciones para recordar en el futuro pero la del ADDA, presidida por la reina doña Sofía, fue memorable por la fusión entre sociedad civil y política. Fue una tarde y un concierto para el goce de todos los alicantinos porque allí estuvieron representados todos los municipios, de norte a sur.
Por estricto deseo de doña Sofía la visita al MARQ tuvo carácter privado, acompañándole en este recorrido sólo las primeras autoridades: el president Alberto Fabra; la ministra Leire Pajín; la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor; la alcaldesa Sonia Castedo, la delegada del Gobierno en la Comunidad, Ana Botella; el presidente de las Cortes, Juan Cotino, y la esposa del embajador ruso en España, Ekaterina Kuznetsova, entre otros.
Una lista que completaron el director gerente del museo, José Alberto Cortés, y el director técnico, Manuel Olcina, además de los patronos del museo, como el concejal alicantino Miguel Valor, Rafael Martínez Berna, presidente de Coepa, o Carlos Egea, de Cajamurcia. Algunos de ellos decidieron de forma acertada salir antes y no completar la visita junto a la Reina para poder llegar al ADDA con la antelación que marcaba el protocolo. Aunque parezca mentira, Alicante fue ayer ejemplo de puntualidad. Y también de elegancia, al menos en el interior del auditorio: predominaron los trajes de tarde, de largo hasta la rodilla, adornados con sutiles brillos o toques de pedredería y acompañados en su mayoría de perlas y otras joyas, así como de zapatos con tacón alto.
Aunque cueste creerlo unos, 15 minutos antes de las 19 horas, el auditorio estaba a reventar, así que los que se demoraron como el exalcalde Luis Díaz Alperi, les tocó hacer el paseillo bajo la mirada penetrante de los que aguardaban en sus asientos. Con el tiempo casi justo, llegó también el subdelegado en funciones del Gobierno, José Pérez Grau. Un hombre poco dado a figurar pero, que tras la renuncia en el cargo de Encarna Llinares, le ha tocado esta semana presidir el desfile por la Festividad del Pilar; acompañar a la Selección española de fútbol y coordinar la visita de doña Sofía. Sólo le faltó haber estado en la reciente visita de la Duquesa de Alba y acompañar en primera línea a los Príncipes de Asturias para decir que no se pierde ni una, a su pesar.
Más de 1.200 personas asistieron al concierto inaugural, entre ellos los dos ex presidentes de la Diputación, Antonio Fernández Valenzuela, y Joaquín Ripoll; la corporación municipal al completo de Alicante y San Vicente del Raspeig -toda una deferencia con el municipio que gobierna Luisa Pastor; senadores como Gerardo Camps o Agustín Almodóbar y diputados nacionales y autonómicos como Font de Mora, Jorge Alarte o Ana Barceló y provinciales; empresarios como Enrique Ortiz, Joaquín Arias, Francisco Gómez Andreú o Manuel Peláez, y más de un centenar de alcaldes desde Milagrosa Martínez, Juan José Castelló, Vicente Arques, Luis Miguel Tomás, Juan josé Catelló, César Sánchez, Salvador Poveda o Bernabé Cano, por citar algunos; pero también directores de orquesta y músicos como Juan Luis Iborra, Francisco Maestre, José de Eusebio o Luis Ivars, así como directores de conservatorios y de bandas como José Vicente Díaz, y escuelas de música, catedráticos y profesores.
También representantes sindicales como Consuelo Navarro, Javier Tovar, Eladio Aniorte o Enrique Alcaráz. Notable la presencia del mundo de la cultura con Antonio Gil Olcina, rector honorario de la UA, o José Luis Vicente y Juana María Basalobre, del Gil Albert, y, por supuesto, el acceso de gente anónima al precio de 20 euros. Entre éstas, Reyes Selles que reconocía que más atractiva que la presencia de la reina era poder disfrutar de Zubin Mehta, al que vió en Madrid por 250 euros.
Aunque no sea algo habitual, felicitar a los gestores de la velada inaugural, entre ellos, a José Antonio Espinosa, atento hasta el último minuto de asistentes VIP como la práctica totalidad del cuerpo consular, lo que sin duda ayudará a la proyección internacional de nuestro reivindicado auditorio. Esta vez no hubo alfombra roja, pero tampoco hizo falta.
Habrá otras inauguraciones para recordar en el futuro pero la del ADDA, presidida por la reina doña Sofía, fue memorable por la fusión entre sociedad civil y política. Fue una tarde y un concierto para el goce de todos los alicantinos porque allí estuvieron representados todos los municipios, de norte a sur.
Por estricto deseo de doña Sofía la visita al MARQ tuvo carácter privado, acompañándole en este recorrido sólo las primeras autoridades: el president Alberto Fabra; la ministra Leire Pajín; la presidenta de la Diputación, Luisa Pastor; la alcaldesa Sonia Castedo, la delegada del Gobierno en la Comunidad, Ana Botella; el presidente de las Cortes, Juan Cotino, y la esposa del embajador ruso en España, Ekaterina Kuznetsova, entre otros.
Una lista que completaron el director gerente del museo, José Alberto Cortés, y el director técnico, Manuel Olcina, además de los patronos del museo, como el concejal alicantino Miguel Valor, Rafael Martínez Berna, presidente de Coepa, o Carlos Egea, de Cajamurcia. Algunos de ellos decidieron de forma acertada salir antes y no completar la visita junto a la Reina para poder llegar al ADDA con la antelación que marcaba el protocolo. Aunque parezca mentira, Alicante fue ayer ejemplo de puntualidad. Y también de elegancia, al menos en el interior del auditorio: predominaron los trajes de tarde, de largo hasta la rodilla, adornados con sutiles brillos o toques de pedredería y acompañados en su mayoría de perlas y otras joyas, así como de zapatos con tacón alto.
Aunque cueste creerlo unos, 15 minutos antes de las 19 horas, el auditorio estaba a reventar, así que los que se demoraron como el exalcalde Luis Díaz Alperi, les tocó hacer el paseillo bajo la mirada penetrante de los que aguardaban en sus asientos. Con el tiempo casi justo, llegó también el subdelegado en funciones del Gobierno, José Pérez Grau. Un hombre poco dado a figurar pero, que tras la renuncia en el cargo de Encarna Llinares, le ha tocado esta semana presidir el desfile por la Festividad del Pilar; acompañar a la Selección española de fútbol y coordinar la visita de doña Sofía. Sólo le faltó haber estado en la reciente visita de la Duquesa de Alba y acompañar en primera línea a los Príncipes de Asturias para decir que no se pierde ni una, a su pesar.
Más de 1.200 personas asistieron al concierto inaugural, entre ellos los dos ex presidentes de la Diputación, Antonio Fernández Valenzuela, y Joaquín Ripoll; la corporación municipal al completo de Alicante y San Vicente del Raspeig -toda una deferencia con el municipio que gobierna Luisa Pastor; senadores como Gerardo Camps o Agustín Almodóbar y diputados nacionales y autonómicos como Font de Mora, Jorge Alarte o Ana Barceló y provinciales; empresarios como Enrique Ortiz, Joaquín Arias, Francisco Gómez Andreú o Manuel Peláez, y más de un centenar de alcaldes desde Milagrosa Martínez, Juan José Castelló, Vicente Arques, Luis Miguel Tomás, Juan josé Catelló, César Sánchez, Salvador Poveda o Bernabé Cano, por citar algunos; pero también directores de orquesta y músicos como Juan Luis Iborra, Francisco Maestre, José de Eusebio o Luis Ivars, así como directores de conservatorios y de bandas como José Vicente Díaz, y escuelas de música, catedráticos y profesores.
También representantes sindicales como Consuelo Navarro, Javier Tovar, Eladio Aniorte o Enrique Alcaráz. Notable la presencia del mundo de la cultura con Antonio Gil Olcina, rector honorario de la UA, o José Luis Vicente y Juana María Basalobre, del Gil Albert, y, por supuesto, el acceso de gente anónima al precio de 20 euros. Entre éstas, Reyes Selles que reconocía que más atractiva que la presencia de la reina era poder disfrutar de Zubin Mehta, al que vió en Madrid por 250 euros.
Aunque no sea algo habitual, felicitar a los gestores de la velada inaugural, entre ellos, a José Antonio Espinosa, atento hasta el último minuto de asistentes VIP como la práctica totalidad del cuerpo consular, lo que sin duda ayudará a la proyección internacional de nuestro reivindicado auditorio. Esta vez no hubo alfombra roja, pero tampoco hizo falta.